Lo agradable del arte es que siempre va un paso adelante de sus representaciones más avanzadas, pero con el tiempo también se deja definir. Así, el juego del arte resulta interesante, incluso cuando aborda el tema de su finalidad. Se trata siempre de un fin puntual al que seguramente siempre siguen otros fines. Pero ¿qué sucederá con el arte cuando, por influencias externas, ya no tenga ningún papel en este juego de la conciliación de las verdades? Luhmann interpreta la tesis de Hegel sobre el fin del arte, en la cual plantea que dicho fin es comprensible sólo en la medida en la que el arte asume que sólo tiene que tratar con sí mismo, puesto que siempre produce sus propios códigos y determina lo que es el arte. El presunto fin del arte es su propio "take-off". Considerar a un objeto como artístico depende por entero del público receptor, así como del propio sistema del arte, que se h...leer más