Los protagonistas de ambos relatos son hombres solitarios y fracasados; con los temas de la infancia, el amor, la pobreza, la tarea del artista y la muerte, se anticipan los motivos de Los apuntes de Malte Laurits Brigge y, en general, de las obras posteriores de Rilke. Sin embargo, el tono en que están expuestos sún corresponde a aquel "arte verdadero", al que Rilke daba preferencia en su juventud y cuya tarea sería "poner los acontecimientos ... tan vívidamentre ante los ojos del lector que el presente y todo su entorno parezcan desaparecer y aquél no sólo experimente una obra de arte, sino que la clara naturalidad de ésta le haga olvidar el arte y vivir directamente el acontecimiento".