El médico y el terapeuta no se excluyen sino que se complementan. El difícil arte del médico consiste en encontrar un buen equilibrio entre la valoración de los lados psíquico y somático de las enfermedades. Porque, como subrayan los autores de este volumen, no es evidente, ni mucho menos, que los médicos tengan en cuenta las posibles causas psíquicas de la mayor parte de las enfermedades corrientes. Este libro ofrece una particularidad dentro de la gran variedad de literatura existente sobre la psicosomática: presenta la medicina psicosomática en la práctica diaria en atención primaria de salud. Pretende convertirse, ante todo, en un manual claro y útil para el trabajo diario, con consejos prácticos referidos al diagnóstico y el tratamiento. Para ello, se estructura en unos capítulos introductorios y sobre aspectos generales y, a continuación, se revisan importantes sistemas orgánicos y problemas específicos de la práctica. La obra destaca además por su prudencia científica, su buen nivel de información y un espíritu de ética médica que da sentido al conjunto. Todo ello confiere a este libro un particular interés para los médicos jóvenes o incluso en formación, y constituye una invitación a la autocrítica; muestra la necesidad de confrontarse con personas, no con cuerpos-máquina, y con el hecho de la gran complejidad de cada caso. Los aspectos psicoanalíticos que se toman como referencia en este libro proceden de las enseñanzas de Michael Balint, psicoanalista londinense mundialmente conocido e impulsor de las Reuniones Internacionales que se celebran anualmente en Ascona. Según el propio M. Balint, "solamente existe un tipo de personas, estén sanas o enfermas, pero seguramente hay dos tipos de médicos: aquellos que gustan de trabajar con el concepto de 'enfermedades orgánicas' y aquellos que prefieren hablar de 'conflictos y problemas' humanos que provocan trastornos psicosomáticos".