Lo Real a la huella sugiere que habría una huella a seguir, sin embargo, no hay más que insistencia por marcarla. Es la inagotable repetición la que indica el mismo lugar en el preciso instante donde lo Real vuelve. Se trata del mismo lugar desde el cual pulsa la vida, el ombligo irreductible de la represión primordial, lo inaccesible del inconsciente: lo que no cesa de no escribirse. Aquello que Freud advertía que se le escapaba, sin alcanzar a formularlo, Lacan lo toma desde la misma imposibilidad y en el límite de la formalización presenta lo Real.
Seguir lo Real a la huella en la experiencia psicoanalítica es un asunto de transmisión; desde la práctica cotidiana en la escucha –en los avatares de la dirección de una cura– al campo de la extensión. La huella que acicatea desde lo inacabado, lo fallido, lo que traba la marcha, hace presente que lo no institucionalizable de la e...leer más