Con un prefacio de Marcel Proust John Ruskin (1819-1900) fue durante sesenta años una de las grandes figuras de referencia del pensamiento europeo. Su nostalgia por el pasado y su postura estética, moral y religiosa antimoderna dieron lugar a obras como Las Siete Lamparas de la Arquitectura o Las Piedras de Venecia. En esta línea se inserta La Biblia de Amiens (1880-1885), el libro en el que Ruskin eligió la catedral de Amiens como piedra de toque de su particular ajuste de cuentas con la sociedad industrial. Marcel Proust (1871-1922) fue durante un tiempo un ferviente admirador de Ruskin y ello le llevó a traducir al francés La Biblia de Amiens, acompañando su traducción (publicada en 1904) de numerosas notas y un extenso prólogo que, como todas las páginas proustianas, cobra enseguida vida propia más allá del tema inmediato que lo había motivado, convirtiéndose en una de las más int...leer más