He aquí un libro para 'espíritus libres', escrito por un espectro solitario, según propia confesión retrospectiva. Al contrario de Kant, Nietzsche no encontró a nadie que lo despertase de su sueño dogmático. Tuvo que hacerlo a solas, en años de peregrinaje, tras su separación de Basilea... y de las románticas sombras protectoras de su juventud. Schopenhauer y su duplicación del mundo como Uno primordial y como ordenados fenómenos de la representación, Wagner y su pomposa secuela: la 'metafísica de artista': qué lejos queda ahora toda esa brillante hojarasca, barrida por el viento implacable de la 'crítica de la cultura', allí donde el hombre, con su doble 'cámara cerebral', la científica y la artística, aprende a desmontar despiadadamente todos los errores (y horrores) que constituyen nuestra historia, 'humana, demasiado humana'. Aquí se hallan las raíces de una psicóloga destructiva,...leer más